(extractos)

Por Camila Rivera

Didacttia

La creatividad ha sido tópico de gran interés para las ciencias cognitivas, que en sus intentos por describir y definir sus procesos ha logrado comprender algunos de sus principales características, e influido en el desarrollo de programas educativos que fomenten el pensamiento divergente o creativo, usualmente desplazado por la tradición. Para pensar y ejecutar proyectos e ideas de forma creativa, es necesario poner en marcha una diversidad de procesos cognitivos que permitan integrar la actividad sensorial dentro de los procesos históricos del individuo, como son la percepción, la atención, la memoria, el lenguaje, el pensamiento y la inteligencia. La relación entre la inteligencia y la creatividad ha sido más ampliamente estudiada por los psicólogos cognitivos, interesados entre otros aspectos, en el desarrollo de herramientas de medición cognitiva.

Para la psicología cognitiva, ha sido difícil conducir estudios más profundos sobre los procesos creativos. Sus principales investigadores han descrito aspectos biológicos, psicológicos, sociales y ambientales como parte del esquema de desarrollo de una cognición creativa, pero no las operaciones específicas que instancian la actividad creativa, ni sus causas. Sin embargo, las teorías que han motivado el ejercicio de la investigación en este campo, y los resultados de dichos estudios han conducido al diseño y confección de pruebas de medición de habilidades intelectuales y creativas, así como de valoración de los contextos y aspectos particulares que motivan o inhiben los procesos creativos.

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